Mientras tanto, en el momento en que nos cansamos en la espera, el Espíritu de Dios está a nuestro lado ayudándonos. Si no sabemos cómo o qué rezar, no importa. Él reza en nosotros y por nosotros, haciendo oración de nuestros suspiros sin palabras, de nuestros gemidos doloridos. Él nos conoce mucho mejor que nosotros mismos, conoce nuestra condición de embarazo, y nos mantiene presentes ante Dios. Por eso podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestra vida de amor a Dios se convierte en algo bueno.

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Mientras tanto, en el momento en que nos cansamos en la espera, el Espíritu de Dios está a nuestro lado ayudándonos. Si no sabemos cómo o qué rezar, no importa. Él reza en nosotros y por nosotros, haciendo oración de nuestros suspiros sin palabras, de nuestros gemidos doloridos. Él nos conoce mucho mejor que nosotros mismos, conoce nuestra condición de embarazo, y nos mantiene presentes ante Dios. Por eso podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestra vida de amor a Dios se convierte en algo bueno.

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Mientras tanto, en el momento en que nos cansamos en la espera, el Espíritu de Dios está a nuestro lado ayudándonos. Si no sabemos cómo o qué rezar, no importa. Él reza en nosotros y por nosotros, haciendo oración de nuestros suspiros sin palabras, de nuestros gemidos doloridos. Él nos conoce mucho mejor que nosotros mismos, conoce nuestra condición de embarazo, y nos mantiene presentes ante Dios. Por eso podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestra vida de amor a Dios se convierte en algo bueno.
Mientras tanto, en el momento en que nos cansamos en la espera, el Espíritu de Dios está a nuestro lado ayudándonos. Si no sabemos cómo o qué rezar, no importa. Él reza en nosotros y por nosotros, haciendo oración de nuestros suspiros sin palabras, de nuestros gemidos doloridos. Él nos conoce mucho mejor que nosotros mismos, conoce nuestra condición de embarazo, y nos mantiene presentes ante Dios. Por eso podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestra vida de amor a Dios se convierte en algo bueno.
Mientras tanto, en el momento en que nos cansamos en la espera, el Espíritu de Dios está a nuestro lado ayudándonos. Si no sabemos cómo o qué rezar, no importa. Él reza en nosotros y por nosotros, haciendo oración de nuestros suspiros sin palabras, de nuestros gemidos doloridos. Él nos conoce mucho mejor que nosotros mismos, conoce nuestra condición de embarazo, y nos mantiene presentes ante Dios. Por eso podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestra vida de amor a Dios se convierte en algo bueno.

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