un tranquilo jardín japonés en plena primavera. Los cerezos están en plena floración, y sus delicadas flores rosadas cubren los árboles. El jardín está rodeado de un estanque sereno con nenúfares flotando en la superficie. En el centro del estanque, hay un pequeño puente de madera que cruza el agua. En el fondo del jardín, puedes ver un antiguo templo japonés con techos de tejas y una puerta de entrada de madera. La luz del sol de la tarde filtra a través de las ramas de los cerezos, creando un juego de sombras y reflejos en el agua, dentro hay Un zorro kitsune antropomórfico, vestido con un kimono tradicional japonés. El zorro tiene un pelaje rojizo y brillante, y su cola es larga y esponjosa. Lleva un obi (cinturón) decorado con patrones tradicionales japoneses.